jueves, 31 de enero de 2013

Un momento en el monte



Un momento en el monte

 

Basado en Exodo 3:1-5

 

Llega un momento en que el líder deja de ser líder y se  convierte en siervo, deben haber pasado muchas horas en el desierto en el cansancio y la frustración. Muchas ocasiones en tratar de hacer las cosas con sus fuerzas, muchas veces en que trato de resolver situaciones con sus propias manos, con sus palabras y con sus ideas y nada pasaba.

 

Moisés tubo que dejar de ser príncipe de Egipto y convertirse en siervo de las circunstancias. 40 años en el desierto habían erosionado su yo hasta dejar nada. La ocasión en que su instinto razonable le llamo a ser justiciero y salvador había quedado como una marca del viejo hombre.

 

Ahora el príncipe egipcio había muerto y vivía el Sacado de las aguas. El propósito de Dios lo había alcanzado. El mismo que lo llevó al palacio de faraón ahora lo lleva hasta Horeb a un encuentro personal y repito nuevamente  PERSONAL.  Las palabras que introducían el dialogo sería particulares “Moisés, Moisés quita el calzado de tus pies  por que el lugar que estas pisando es tierra Santa”. Era algo nuevo, mas que ser un hombre amansado por el trabajo, por el ardiente sol desértico o por la interminable arena, ahora se le pide que se convierta en siervo. Quizás  para convencerlo de que el príncipe de Egipto murió para siempre y que el ahora sería el servidor. Las declaración siguiente los estremece y lo convence: “YO soy el Dios de tus padres, El Dios de Abraham, el Dios de Isaac y EL Dios de Jacob”. El conocía la historia, había escuchado las predicaciones y había leído libros relacionados a ese Dios. Como los millones que hoy abarrotan las iglesias del todo el mundo semana tras semanas, moisés sabia de Dios, pero jamás se había encontrado con El.

 
Eso marco un fin y un inicio, la vida de Moisés iba a tomar un giro dramático. Es increíble lo que un encuentro en el  monte de Dios puede causar el la vida del un ser humano.