Un momento en el monte
Basado en Exodo
3:1-5
Llega un momento en
que el líder deja de ser líder y se
convierte en siervo, deben haber pasado muchas horas en el desierto en
el cansancio y la frustración. Muchas ocasiones en tratar de hacer las cosas
con sus fuerzas, muchas veces en que trato de resolver situaciones con sus
propias manos, con sus palabras y con sus ideas y nada pasaba.
Moisés tubo que
dejar de ser príncipe de Egipto y convertirse en siervo de las circunstancias.
40 años en el desierto habían erosionado su yo hasta dejar nada. La ocasión en
que su instinto razonable le llamo a ser justiciero y salvador había quedado
como una marca del viejo hombre.
Ahora el príncipe
egipcio había muerto y vivía el Sacado de las aguas. El propósito de Dios lo
había alcanzado. El mismo que lo llevó al palacio de faraón ahora lo lleva
hasta Horeb a un encuentro personal y repito nuevamente PERSONAL.
Las palabras que introducían el dialogo sería particulares “Moisés,
Moisés quita el calzado de tus pies por
que el lugar que estas pisando es tierra Santa”. Era algo nuevo, mas que ser un
hombre amansado por el trabajo, por el ardiente sol desértico o por la interminable
arena, ahora se le pide que se convierta en siervo. Quizás para convencerlo de que el príncipe de Egipto
murió para siempre y que el ahora sería el servidor. Las declaración siguiente
los estremece y lo convence: “YO soy el Dios de tus padres, El Dios de Abraham,
el Dios de Isaac y EL Dios de Jacob”. El conocía la historia, había escuchado
las predicaciones y había leído libros relacionados a ese Dios. Como los
millones que hoy abarrotan las iglesias del todo el mundo semana tras semanas,
moisés sabia de Dios, pero jamás se había encontrado con El.